La llamada Revolución de 1904 en el contexto regional

Resumen

La Revolución de 1904 en el Paraguay representó un punto de inflexión en la historia política y económica del país, pues significó el fin de la hegemonía colorada que se había consolidado desde 1870 y el inicio de una prolongada etapa de predominio liberal. El proceso revolucionario estuvo marcado por factores internos, tales como la división del Partido Colorado, el progresivo debilitamiento del egusquizismo y la consolidación de la unidad liberal, así como por factores externos vinculados a la injerencia de países vecinos, especialmente Argentina y Brasil, que disputaban su influencia sobre el Paraguay.

Las consecuencias de la Revolución de 1904 fueron profundas. En primer lugar, significó el inicio del predominio liberal, que marcaría la vida política paraguaya durante las siguientes décadas. En segundo término, implicó un cambio en la dependencia geopolítica: el Brasil perdió su influencia histórica sobre Paraguay, mientras que Argentina, con respaldo británico y estadounidense, incrementó su control político y económico. A partir de entonces, se consolidó la penetración de capitales extranjeros y empresas exportadoras, lo cual debilitó la economía campesina tradicional y acentuó el desplazamiento poblacional hacia zonas de trabajo asalariado. La revolución, más que un movimiento emancipador, marcó el comienzo de una nueva subordinación a intereses externos y de un modelo económico que profundizó las desigualdades sociales.

En síntesis, la Revolución de 1904 no solo transformó el escenario político paraguayo, sino que también redefinió las relaciones de poder en el Cono Sur, insertando al país en una lógica de dependencia que tendría repercusiones hasta el conflicto del Chaco. Fue una revolución que respondió tanto a disputas internas como a presiones regionales, y cuyos resultados beneficiaron a élites económicas y potencias extranjeras más que a la mayoría del pueblo paraguayo.