Consecuencias sociales de la revolución febrerista

Resumen

La Revolución Febrerista de 1936 constituye uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX en Paraguay. Representó un intento de transformación estructural impulsado por sectores militares y civiles inspirados en el nacionalismo social, el revisionismo histórico y las nuevas corrientes ideológicas surgidas tras la Primera Guerra Mundial.

De junio de 1936 a febrero de 1937 se ubicó a 10.000 familias agricultoras en solares propios, de un total de 84.825 hectáreas de tierra, en las localidades de Caraguatay, Villarrica, Caazapá, Sapucai, Quiindy, Encarnación, Villa del Rosario, Iturbe, Alto Paraná, entre otras. El gobierno revolucionario decretó la conformación del Consejo de la Reforma Agraria, de modo que este dictamine al Poder Ejecutivo la superficie de tierras, no mayor a dos millones de hectáreas, a ser expropiadas con finalidad social.

Hubo otras decisiones que incidieron en la vida cotidiana de la gente. Por ejemplo en cuanto a los alquileres, el gobierno revolucionario reguló los precios para viviendas y para uso comercial, agrícola e industrial. Las penas para los transgresores de la ley eran multas que alcanzaban el cuádruplo del precio estipulado y comportaba derecho de repetición por pagos indebidos. Otro logro importante constituyó la reivindicación histórica del nacionalismo paraguayo, en la memoria de Rodríguez de Francia.

Un ministro de Franco, Gómez Freire Esteves, propone al gobierno la promulgación de una ley que identificara a la Revolución Libertadora con “las transformaciones sociales totalitarias de la Europa contemporánea”. Considerando tanto sus logros inmediatos como sus efectos de largo plazo. Se argumenta que, a pesar de su breve duración, el febrerismo alteró de manera duradera diversos aspectos de la vida nacional: introdujo nuevas formas de relación entre Estado y sociedad, impulsó políticas económicas modernizadoras y reconfiguró el escenario político al articular un imaginario social en torno a la justicia, la reforma y la identidad nacional. Sin embargo, también se evidencian límites importantes, como la incapacidad de consolidar una base de poder estable, la persistencia de tensiones dentro del movimiento y la reacción restauradora de los sectores tradicionales. Este ensayo sostiene que el febrerismo fue tanto un punto de inflexión como un proyecto inconcluso, cuyas consecuencias se extendieron a través de las décadas siguientes mediante la institucionalización parcial de algunas de sus ideas y la influencia persistente de sus cuadros políticos y militares.