FINANCIAMIENTO Y SOSTENIBILIDAD DEL FORTALECIMIENTO DE LA CAPACIDAD DE RESPUESTA DEL SISTEMA DE SALUD PARAGUAYO PARA HACER FRENTE AL COVID-19
Palabras clave:
COVID-19, financiamiento de salud, sostenibilidad, medidas económicas, sistema de saludResumen
La aparición del COVID-19 y su posterior caracterización como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo del 2020, supuso para el Paraguay enfrentar desafíos sin precedentes cuyo impacto en la vida de las personas aún continúa creciendo. Así, nuestro país, al igual que la mayoría de los países, se vio obligado a diseñar e implementar una variada gama de respuestas, desplegando un amplio abanico de medidas que van desde las restricciones de libertades, estableciendo cuarentenas y medidas de aislamiento social; a la necesidad de disponer de importantes recursos financieros para afrontar las consecuencias de la pandemia. La respuesta económica a los efectos de la pandemia por parte del gobierno, ha sido, básicamente, inyectar enormes sumas de recursos adicionales, (a) para fortalecer el sistema público de salud; y (b) para potenciar el sistema de protección social y algunas medidas dirigidas al sector empresarial, las cuales están destinadas a amortiguar la disminución de la actividad económica. El origen de estos recursos adicionales se basó principalmente en tres fuentes: la repriorización de partidas y/o asignaciones del presupuesto general de la nación vigente, la utilización de fondos de reserva y/o contingencia, y la captación de préstamos y emisiones de deuda pública. La mejor respuesta en estos momentos no es la mejor evaluada en términos económicos, sino aquella que utilice una combinación adaptada a las circunstancias para disponer de recursos de manera inmediata, priorizar lo urgente, salvar vidas y frenar la pandemia.
En países de menores ingresos y menor presión tributaria, con sistemas de salud débiles, como lo es Paraguay, para responder a la pandemia aún es necesario recurrir y depender, además de los recursos presupuestarios ordinarios, de las fuentes de financiamiento menos recomendadas para la sostenibilidad: el endeudamiento, las donaciones y la cooperación internacional. Pero el reto del financiamiento al sistema de salud no va a terminar al concluir la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, sino que se va a acentuar debido a los rezagos de los años previos en cuanto al gasto público en salud.