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Sección: Editorial

*Autor correspondiente:

jmsilvero@rec.una.py

Editor de área:

Griselda Meza , Universidad Nacional de Asunción (UNA). Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas. San Lorenzo, Paraguay.

Recibido:

12 de diciembre de 2024

Revisado:

16 de diciembre de 2024

Aceptado:  

17 de diciembre de 2024

Recibido en versión modificada:

17 de dicembre de 2024

 

Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una Licencia Creative  Commons  “CC BY 4.0”.

Declaración de conflicto: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

e-ISSN 2709 -0817

Como citar: Silvero Arévalos, J. M. y Meza Ocampos, G. A. (2024). Editorial. Revista investigaciones y estudios – UNA, 15(2), pp. 1-4.

Algunos desafíos éticos, académicos y políticos de la Inteligencia Artificial (IA)

Some ethical, academic and political challenges of Artificial Intelligence (AI)

José Manuel Silvero Arévalos* y Griselda Asunción Meza Ocampos2

1Universidad Nacional de Asunción. Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica. San Lorenzo, Paraguay.

2Universidad Nacional de Asuncion. Centro de Investigaciones Tecnologicas. Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica. San Lorenzo, Paraguay.

Hace dos años, con la irrupción de la inteligencia artificial generativa, la humanidad comenzó a experimentar la euforia de contar con una herramienta poderosa y sumamente accesible (ChatGTP, 2022). Nunca antes en la historia de la tecnología, una herramienta ha resultado tan fácil de ser utilizada. Aunque la mayoría de los usuarios no comprendan con detalles el funcionamiento, alcance, riesgos y peligros, su uso rápidamente transformó empresas,  empujó a los gobiernos a deliberar sobre la gobernanza, y por supuesto, dotó al mundo académico de muchas posibilidades inéditas (Robles Carrillo, 2024).

Muchos investigadores y científicos de diferentes áreas y especialidades, están experimentando enormes cambios, muy alentadores, a raíz de todas las potencialidades que las nuevas herramientas ofrecen (Maarten y Savona, 2024). No obstante, en la actualidad, la idea misma de tecnología y su alcance se ha visto sometida a un enorme debate en función a la emergencia y popularización de la IA y sus múltiples usos (Filgueira, 2023).En ese sentido, se impone la necesidad de reevaluar el sentido y alcance conceptual, pues, los criterios que usualmente se desplegaban para identificar, caracterizar y evaluar una herramienta, hoy han quedado desfasadas. Los  avances, las prestaciones y los resultados que están ligados hoy día a las tecnologías disruptivas, son notoriamente asombrosas.  Ante esta constatación, la idea de herramienta queda entonces como una antigualla o arcaísmo. Hay que expandir el sentido y al mismo tiempo, las consecuencias éticas ligadas al uso de estas nuevas tecnologías y por supuesto, preguntarse seriamente acerca del futuro del trabajo (Bankins et al., 2024).

En medio de los espectaculares avances, corresponde preguntarnos si es ético otorgar a los algoritmos la entera facultad de tomar decisiones (autónomas) con


respecto a la identificación y/o, caracterización y posterior acción en ausencia de una validación humana capaz de entender el concepto global de la respuesta  otorgada(Baum et al. 2022; Coeckelbergh 2020).  Si bien es cierto que la autoridad y el prestigio de cada profesional otorgan la responsabilidad en todo lo concerniente a su ciencia o expertise, no obstante, ante la gestión de grandes cantidades de datos y la integración de un número importante de información, la IA ofrece una eficiencia y rapidez inéditas muy superiores a lo que un profesional de cualquier area de la ciencia podría lograr.  Está visto que en la línea de la cooperación “hombre-máquina”, la discusión no radicaría en la presencia de ambos sino en el resguardo de la autonomía humana (Choudhary et al. 2023). Esto es, por un lado, reconocer la relevancia humana materializada, en su actuar prudente en base a una ciencia y un arte signados a su vez por una experiencia y sensibilidad propias de la condición humana. En el contexto de la IA el conocimiento, la experiencia y la sensibilidad se reducen a un simple conjunto de datos a ser monitoreados, analizados y cuantificados, pero no debemos olvidar que son los humanos quienes escriben los algoritmos, y estos a su vez en su conjunto definen el éxito o el fracaso de un sistema, toman decisiones sobre los usos de dicho sistemas y quienes, en definitiva, se pueden ver afectados por sus resultados. Por ello, cada persona involucrada en la creación de inteligencia artificial, al igual que las empresas que invierten en su desarrollo, es responsable de considerar el impacto de dicho sistema en el mundo, en cualquier caso(Coeckelbergh 2020; Gunkel 2018). Para esto, los diseñadores y desarrolladores de la inteligencia artificial deben implementar mecanismos y salvaguardar, como la capacidad de determinación humana, que sean apropiadas al contexto y consistentes con el estado del arte (Sanchez-Vázquez y Toro-Valencia, 2021). Estas medidas harán posible que los sistemas de IA sean más seguros y contribuirán a que su utilización sea más responsable (Choudhury y Asan, 2022). Es de suma importancia insistir que ante el uso de cualquier tecnología, por más avanzada y confiable que sea, la misma debe evitar en todo momento, causar daño.  Ademas, la IA contempla un aprendizaje que se percibe como autonomo y constante, entonces plantea el dilema de quien debera asumir la responsabilidad etica y/o legal de los resultados basados en los sistemas de IA (Wei, 2021, Fallas-Vargas y Morales-Castro, 2024).

Como ejemplo, en el contexto del uso médico de la IA, es conocido el caso de Watson Oncology, IA de IBM, capacitado por el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) que utiliza atributos específicos encontrados en el caso de un paciente para identificar posibles opciones de tratamiento del cáncer que los médicos pueden usar al tomar decisiones sobre la atención del paciente (IBM, 2017), estudios en China mencionan que 72,8% de sus recomendaciones concordaban con casos clinicos reales, sin embargo advierten que esta herramienta no reemplaza oncologos (Zou et al, 2020).

En el tiempo presente, se tiene la seguridad que un nuevo tipo de IA generativa irá ganando espacio y tendría un amplio uso en el ámbito de la investigación, la atención sanitaria, la salud pública y el desarrollo de medicamentos; nos estamos refiriendo a los Modelos de Lenguaje  Multimodal (LMM) (Almarie et al., 2023; Sonicki, 2024).

En su reciente libro Deep Utopia: Life and Meaning in a Solved World, Bostrom (2024) esboza el futuro cercano signado y delineado por la fuerza transformadora de la IA. Un nuevo escenario, radicalmente diferente para la humanidad. Así, desde un experimento mental ensaya la posibilidad de que los grandes desafíos se ven resueltos gracias al poder de la IA. El autor dibuja la posibilidad de que en un lapso de tiempo, relativamente corto,  el propósito y el significado de la existencia humana demandarán una reconfiguración ante los grandes cambios que acontecerán en función a la desaparición de la escasez, del trabajo y del sufrimiento humano. Si gracias a la abundancia tecnológica  se mitigan o eliminan los grandes imponderables, entonces, las preguntas esenciales sobre el propósito y el significado de la vida, deberán necesariamente ser replanteadas.

En un trabajo anterior (Silvero Arévalos y Barúa Chamorro, 2024) habíamos afirmado que la disruptiva irrupción de la inteligencia artificial (IA) supone un enorme reto para las universidades latinoamericanas y para todas las instituciones de educación superior (UNESCO/IESALC (2023). No obstante, también dejamos en claro que no bastaba con la sola implementación de una gobernanza estratégica, consideramos que la clave radica en una gestión adecuada de la misma a fin de que los servicios del Estado puedan lograr rendimientos óptimos y deseables para el fortalecimiento institucional y el desarrollo económico, ético y social de la población.

No hay duda de que la IA llegó para quedarse. Por lo tanto, como académicos y científicos, debemos prepararnos para un modelo educativo sin precedentes en el cual, el recurso mas valioso con el que contaremos sera la capacidad de adaptarnos al cambio.


 


Referencias Bibliográficas

Almarie, B., Teixeira, P. E. P., Pacheco-Barrios, K., Rossetti, C. A., & Fregni, F.(2023). Editorial - The Use of Large Language Models in Science: Opportunities and Challenges.Principles and practice of clinical research,9 (1), 1–4. https://doi.org/10.21801/ppcrj.2023.91.1

Bankins, S., Xinyu, H., and Yunyun, Y. (2024). Artificial Intelligence, Workers, and Future of Work Skills. Current Opinion in Psychology, 58, 101828. doi: 10.1016/J.COPSYC.2024.101828.

Baum, K., Mantel, S., Schmidt, E., and Speith, T. (2022). From Responsibility to Reason-Giving Explainable Artificial Intelligence. Philosophy and Technology 35(12). doi: 10.1007/S13347-022-00510-W.

Bostrom, N. (2024). Deep Utopia: Life and Meaning in a Solved World. IdeaPress Publishing: Washington, DC

ChatGPT. (2022). https://chat.openai.com/chat

Choudhary, V., Marchetti, A., Shrestha, Y. R., and Puranam, P.. (2023). Human-AI Ensembles: When Can They Work? Journal of Management. doi: 10.1177/01492063231194968.

Coeckelbergh, M. (2020). Artificial Intelligence, Responsibility Attribution, and a Relational Justification of Explainability Science and Engineering Ethics, 26(4),2051–68. doi: 10.1007/S11948-019-00146-8/METRICS.

Fallas-Vargas, F. y Morales Castro, C. (2024). Luces y Sombras de La Inteligencia Artificial: Ética, Crimen Organizado, Justicia, Industria Cultural y Minimalismo Cognitivo. Revista Estudios (Especial), 75–101. doi: 10.15517/RE.V0IESPECIAL.62988.

Filgueira, F. (2023). Desafíos de gobernanza de inteligencia artificial en América Latina. Infraestructura, descolonización y nueva dependencia. Revista Del CLAD Reforma y Democracia, (87), 44-70. https://doi.org/10.69733/clad.ryd.n87.a3

Gunkel, D. J. (2018). “Mind the Gap: Responsible Robotics and the Problem of Responsibility.” Ethics and Information Technology ,22(4), 307–20. doi: 10.1007/s10676-017-9428-2.

Robles Carrillo, M. (2024). La gobernanza de la inteligencia artificial: contexto y parámetros generales. Revista Electrónica De Estudios Internacionales, (39). https://reei.tirant.com/reei/article/view/2989

Sánchez Vázquez, C. y Toro-Valencia, J. (2021). El derecho al control humano: Una respuesta jurídica a la inteligencia artificial.  Revista chilena de derecho tecnología ,10 (2), pp. 211–228. http://dx.doi.org/10.5354/0719-2584.2021.58745.

Silvero Arévalos, J. M. y Barúa Chamorro, J. E. (2024). Políticas de IA en el Cono Sur: Un Análisis Comparativo en el Marco de la Evaluación de la Universidad Nacional de Asunción. Revista Letra Magna,20(37), 71–85. https://ojs.ifsp.edu.br/index.php/magna/article/view/2698

Sonicki, Z. (2024). Large multi-modal models - the present or future of artificial intelligence in medicine?. Croatian medical journal, 65(1), 1–2. https://doi.org/10.3325/cmj.2024.65.1

Maarten, G. & Savona, M. (2024).  The governance of artificial intelligence: Harnessing opportunities and mitigating challenges. Research Policy, 53 (3), 104928, https://doi.org/10.1016/j.respol.2023.104928.

UNESCO/IESALC. (2023). Oportunidades y desafíos de la era de la inteligencia artificial  para la educación superior. Una introducción para los actores de la educación superior. Caracas, Venezuela. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000386670_spa/PDF/386670spa.pdf.multi

Wei, L. (2021). Resource Guide on Artificial Intelligence. AI Strategies.New York. United Nations.

Zou, F. W., Tang, Y. F., Liu, C. Y., Ma, J. A., & Hu, C. H. (2020). Concordance Study Between IBM Watson for Oncology and Real Clinical Practice for Cervical Cancer Patients in China: A Retrospective Analysis.Frontiers in genetics,11, 200. https://doi.org/10.3389/fgene.2020.00200