Transformación digital en la investigación universitaria

Digital transformation of University research

Javier E. Barúa Chamorro1*, José Manuel Silvero Arévalos1 1Universidad Nacional de Asunción. Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica. San Lorenzo, Paraguay. *Autor de correspondencia: javierbarua@qui.una.py.

 


Barúa Chamorro, J. E. & Silvero Arévalos, J. M.. (2022). Transformación digital en la investigación universitaria. Revista investigaciones y estudios – UNA, 13(2), 01-02. https://doi.org/10.47133/IEUNA222edib

La Universidad, ha de regenerarse permanentemente, volverse más líquida, para poder responder conforme a la demanda a los desafíos de un ambientre en constante transformación, y eso implica necesariamente adoptar la realidad de un mundo digital hoy. La Universidad juega un rol relevante en el desarrollo de la innovación en cualquier economía que pretenda alcanzar el nivel de desarrollo humano. Vivimos la era del conocimiento, potenciado por los cambios tecnológicos acelerados de las últimas décadas, que obligan a asumir nuevos desafios para crecer en armonia. Es preciso adaptarse rápido a los nuevos tiempos y, en particular, fomentar la adaptación al cambio en la Universidad. Es preciso asumir que los avances científicos y tecnológicos marcan buena parte de la agenda del futuro, y debemos volvernos más activos en la aplicación de la estrategia de innovación universitaria. Se trata de impulsar entonces, la innovación digital potenciando la integración tecnológica de la Universidad.

Los grandes cambios, las transformaciones y/o adecuaciones, la revisión de paradigmas, la crisis climática, la guerra, y otros eventos de nivel global, conectan con factores multicausales y especialmente con una realidad curtida por los rigores que ha dejado la última pandemia. Es real que estos tiempos transmiten cierta incertidumbre, sin embargo, y justamente por ello, el esfuerzo de los que producen conocimiento mediante la investigación científica y la ideación de soluciones, los investigadores y los innovadores, se conjugan con la creatividad y la competitividad en un mundo donde la velocidad e inmediatez es una constante.

En ese orden de cosas, la educación superior está atravesando por grandes cambios que exige un esfuerzo de comprensión de los límites y alcances que son inherentes a estos cambios y/o a la resistencia al mismo. Con el afianzamiento de las tecnologías disruptivas, los diferentes roles y las diversas tareas realizadas en el ámbito académico- investigativo, requieren que las destrezas y los talentos tanto de los estudiantes, egresados, docentes, de los investigadores, de los administradores y de todo el personal de apoyo en la gestión universitaria, una recualificación significativa. Asimismo, esta época disruptiva asumida como “velocidad” y singularidad tecnológica se erige como cuestión central en la gestión del conocimiento y en la construcción de estrategias y políticas sustentables y competitivas.

Por ello, además de asumir la importancia de ser creativos, flexibles en el aspecto cognitivo y capaces de aprender constantemente cosas nuevas y aplicar conocimientos antiguos a contextos cada vez más complejos y novedosos, es indispensable contar con estrategias para ordenar, gestionar y disponibilizar de manera adecuada y diligente la información que se genera en el entorno académico investigativo. Si nuestra meta es afianzarnos como Universidad, entonces debemos desplegar todo nuestro potencial, pero además, asumir la necesidad de capturar y procesar debidamente la información. Sin este esfuerzo no podremos garantizar un futuro digital seguro e inclusivo para todos. Asegurar que la capacidad de la gestión masiva de información relevante contribuya de manera decisiva en el afianzamiento de un bien público como es la educación y además, asegurar que esté alineado con los valores fundamentales de la UNESCO de inclusión y equidad, es entender el gran reto que tenemos por delante.

Se necesitan estrategias para la gestión eficiente de datos que ayuden a mejorar la visibilidad y aumentar el impacto de la Universidad en el campo de la I+D+i de acuerdo con los requerimientos actuales a nivel global, regional y local.  Las instituciones que dirigen las políticas nacionales, las que regulan la educación superior y que acreditan la calidad deben ser parte de este proceso. Esto está acompañado de un esfuerzo para generar una cultura de gestión de datos, que permita la construcción de políticas que garanticen la efectividad en el retorno de la inversión en I+D+i.

Por supuesto, la adquisión permanente de los recursos tecnológicos necesarios es indispensable para disponibilizar de forma dinámica y transparente los datos de producción científica y de innovación. Esto contribuirá a promover la cultura de la investigación multidisciplinaria y sostenible. Además, contribuirá a la actualización dinámica de los planes de estudio de las carreras y programas de posgrado, generando egresados con mayores capacidades para afrontar el futuro, formados a la luz de docentes de excelencia con alta cualificación asegurada por su reconocimiento nacional e internacional.

Sin duda, la transformación digital nos acercará a ese futuro deseado.